Dos opciones punteras
El 22 de julio, el experto en encuestas Alejandro Moreno, publicó en El Financiero sus más recientes resultados sobre los candidatos de Andrés Manuel López Obrador para sucederlo y, los que van detrás, en el entendido que de alguno de ellos podría echar mano el presidente si ocurre algo catastrófico con los punteros.
El instrumento demoscópico que Moreno inventó, no podría llamarse de otra forma: “Corcholatómetro”. Y en él, se consideran ocho indicadores de opinión y conocimiento de los candidatos promovidos por López Obrador.
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Moreno estableció como indicadores a: opinión positiva, nivel de conocimiento, balance individual de opinión positiva menos negativa, apoyo en un careo interno entre población general, apoyo en un careo interno entre simpatizantes de Morena, y tres indicadores de percepción de atributos: quien se ve más preparado, quien representaría mejor a la 4T y quién está haciendo un mejor trabajo en su cargo actual.
De acuerdo con lo anterior, Claudia Sheinbaum tiene 35.9 puntos, un ligero avance de 2.1 puntos respecto a la misma encuesta, pero de junio. Marcelo Ebrard recibe 35 puntos en julio, mismo puntaje del mes anterior.
Por su parte, Ricardo Monreal y Adán Augusto López retrocedieron: Monreal bajó 1.1 puntos, de 17.6 a 16.5, y López cayó 3.1 puntos, de 18.5 a 15.4. Con todo, Adán Augusto puede ser una opción para relevar a su paisano en Palacio Nacional, dada su probada adicción a las ocurrencias de su valedor.
Todo está muy bien.
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El único inconveniente es que Moreno apunta que no puede hacer un ejercicio similar con los candidatos de la oposición, porque no los hay.
Y mientras tanto, se observa una carrera de dos, en solitario.
De las anécdotas que se cuentan
El Banco de México (Banxico) es uno de los pocos organismos del Estado Mexicano que sí está preocupado y ocupado en el combate a la inflación, a la callada y sin armar un homenaje a su propio personal cada vez que obtiene una victoria.
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El periódico El Financiero publicó el 9 de junio algo que da una idea muy clara sobre la magnitud del monstruo inflacionario que el Banxico está enfrentando: considerando la Minuta más reciente de la Junta de Gobierno, se está analizando la posibilidad de elevar en otros 75 puntos base la tasa de interés de referencia en agosto próximo.
Algo deben estar viendo los integrantes de dicha Junta como para que piensen hacer un segundo movimiento, como el que emprendieron el pasado 23 de junio, con una tasa ya establecida en 7.75 por ciento.
Es de entenderse la lógica de los integrantes de la Junta: leer anticipadamente lo que planea la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Y tampoco se les puede culpar de su vigilancia hacia sus pares estadounidenses, si se considera que, en este río revuelto, hay que evitar hasta donde se pueda la migración de inversiones y obvio, combatir la inflación.
No lo han mencionado por su nombre, pero en la lectura de esas Minutas camina un elefante invisible sobre la sala.
Las consecuencias de una recesión con inflación, algo que muchos aún no consideran pero que no puede omitirse en el cálculo de los riesgos.
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Se entiende que el incremento de 75 puntos base de junio apoyó de manera importante el tipo de cambio, pero la estabilidad de precios al consumidor sigue siendo un gran problema.
Con todo, la Junta no quiere aparecer como comparsa de la Fed pero la situación económica obliga a ciertas decisiones que más allá de lo político, requieren de un enfoque pragmático y alejado de ocurrencias ideológicas.
Hasta el momento, el Banxico está haciendo su tarea.
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*ARD