El cártel de Sinaloa, y Palacio Nacional
En una explicación no pedida, Andrés Manuel López Obrador expuso su doctrina respecto al tema del cártel de Sinaloa y la recompensa que el gobierno de Estados Unidos puso sobre la mesa, por cada uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, que están metidos en el negocio del crimen organizado.
Según las observaciones del presidente mexicano, la motivación directa de los estadounidenses para poner un total de 20 millones de dólares por los hijos de Guzmán Loera, es que son identificados como los principales introductores de fentanilo en aquella nación, que tan solo el año pasado generaron 100 mil muertes por su consumo.
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Hasta este punto, no hay nada de relevancia en los dichos de Palacio Nacional, donde la bravata es una doctrina para responder a cualquier cosa, no para resolverla.
El tema de interés se apuntó cuando soltó que “la detención de los hijos de ‘El Chapo’ es un asunto de México”, lo que sea que eso signifique.
El punto de que no va a permitir la incursión de agentes de Estados Unidos para llevarse a los hermanos Guzmán, es baladí por completo, dado que los estadounidenses no se mueven “pidiendo permiso” sino evaluando riesgos y beneficios de sus operaciones militares.
Si Joseph Biden lo autorizara, López Obrador se limitaría a contemplar como un grupo de fuerzas especiales de la Marina estadounidense entran a territorio mexicano, aunque la operación terminara en un rotundo y sangriento fracaso.
Pero, esas asimetrías no caben en la galaxia de Palacio Nacional.
Lo que no es baladí es una serie de consideraciones estratégicas y operativas sobre los hermanos Guzmán en México.
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Y si el presidente López Obrador quiere jugar a las vencidas con el cártel de Sinaloa, más vale que las tenga en mente.
Lista de los pendientes
El reportero consultó con un especialista en el tema y de esa conversación surgen tres puntos particularmente importantes en caso de que López Obrador quiera enfrentar al cártel de Sinaloa, una organización criminal con operaciones en 50 países.
1.-De acuerdo al experto, el gran tema es la evaluación del costo-beneficio de detener a los hermanos Guzmán, en el entendido que apresar a uno carece de relevancia porque será inmediatamente reemplazado por alguno de los que están en libertad.
Lo anterior se inscribe en una pregunta: si los hermanos Guzmán son detenidos, ¿qué consecuencias traerán para el país?
El experto responde con dos hipótesis. La primera es que Cártel Jalisco Nueva Generación se empoderaría aún más; la segunda es que los reemplazos de los hermanos Guzmán pueden ser más violentos y salvajes que éstos.
Si a CJNG se le quita de un plumazo la dirección de los hermanos Guzmán, solo queda el liderazgo de Ismael Zambada. Y tal vez, eso no sea suficiente para replegar a los leales de Nemesio Oseguera.
Por otra parte, la historia del país está llena de sustitutos en las estructuras criminales que salieron más agresivos que sus fundadores.
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El experto remite al caso de Osiel Cárdenas, líder del cártel del Golfo, quien fue por mucho, más salvaje que sus predecesores, Juan García Abrego y “Chava” Gómez.
2.-Se plantea un enorme conflicto. ¿Cómo van a apresar a los cuatro hermanos Guzmán en Sinaloa? La pregunta tiene sustento en “El Culiacanazo”, la rendición del Estado frente al poder del cártel de Sinaloa.
El especialista se pregunta qué clase de intervención tendría que darse para detener en forma simultánea a cuatro personas que son escoltadas por leales entrenados y bien armados que no van a filosofar con los militares, sino a generar un baño de sangre.
Y, en “El Culiacanazo”, quedó clarísima una obviedad vigente hasta la fecha. Si tocan a uno de los Guzmán, el cártel tiene la capacidad para derrumbar literalmente, edificios enteros de las Unidades Habitacionales militares en todo Sinaloa.
Así que, el problema no es de calcular cuántos efectivos deben enviar a detener a cada hermano, sino cómo controlar el que mientras eso sucede, cientos de familias de militares queden a merced de atentados explosivos. Y llevarse de frente a la población de Culiacán.
3.-Los dos puntos anteriores llevan a un callejón sin salida. La propuesta oficial de “abrazos y no balazos” ha demostrado múltiples veces, su ineficiencia. Y sí ha permitido en cambio, el que el poder de los cárteles se multiplique por todo el país.
Si las Fuerzas Armadas se equivocan en el operativo contra los hermanos Guzmán, saldrán llamas desde Sinaloa que se verán hasta Palacio Nacional. Y si lo hacen correctamente, le darán todo el poder a CJNG como el cártel sexenal.
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Ésta será una decisión en la que algo se perderá, aún cuando se desarrollen apropiadamente los planes para ir por los hermanos Guzmán. Los estadounidenses ya tienen a Guzmán Loera y a su esposa, por lo que ahora van por la familia completa, pero a contrapelo de los actuales intereses del gobierno mexicano.
¿Por qué hacer todo este enredo ahora mismo?
Porque Biden necesita reducir las muertes por fentanilo e insuflar algo de oxígeno a su gestión que notoriamente es un desastre, no necesariamente por su culpa, se le pidió demasiado porque buena parte de los estadounidenses estaban hartos de la incompetencia de Donald Trump.
Vienen tiempos difíciles para Sinaloa y se avizora un desencuentro severo con los Estados Unidos. Otro más, en un sexenio que conforme avanza, muestra debilidad y pérdida del timón en su relación con el crimen organizado.
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*ARD