Un reciente estudio arrojó que el papel de los genes en el aumento de peso en personas mayores, puede influir en la obesidad a medida que crecemos
A través de un estudio del Instituto Weizmann de Ciencias en Israel ha arrojado luz sobre el papel de los genes en el aumento de peso en personas mayores, respaldando la creencia de que la genética puede influir en la obesidad a medida que envejecemos.
Lo anterior fue publicado en 2023, el estudio identifica un gen relacionado con la regulación del calcio en las células como un posible factor en el aumento de grasa y la pérdida de músculo que afecta a los adultos mayores, incluso sin cambios en la dieta.
Por lo que, el gen en cuestión está involucrado en el mantenimiento de los niveles de calcio dentro de las células, un proceso crítico para la función celular. Los investigadores, liderados por la Dra. Diana Gataulin y el profesor Eitan Reuveny, encontraron que la proteína SARAF, que regula la entrada de calcio en las células, podría desempeñar un papel importante en estos cambios metabólicos.
Al eliminar el gen de producción de SARAF en ratones modificados genéticamente, los científicos observaron una ralentización en el metabolismo y un aumento del 20% en el peso corporal de los ratones a lo largo de un año, comparado con ratones de control.
Los ratones modificados mostraron una acumulación de grasa abdominal y una reducción en la masa muscular, una tendencia similar a la obesidad sarcopénica en humanos, caracterizada por un aumento de grasa corporal y pérdida de músculo con la edad. Estos ratones también desarrollaron enfermedad del hígado graso y hipotiroidismo, a pesar de mantener una dieta y niveles de azúcar en sangre similares a los ratones no modificados.
El estudio también reveló que la falta de SARAF afecta la respuesta celular a la hormona vasopresina, lo que lleva a una liberación retrasada de calcio y una producción de energía ineficiente. Estos hallazgos sugieren que la alteración en la actividad del gen SARAF podría ser una causa subyacente de la obesidad sarcopénica.
Los investigadores destacan que, aunque la predisposición genética a la obesidad puede aumentar con la edad, el ejercicio regular sigue siendo crucial. En el estudio, los ratones obesos sometidos a un programa de entrenamiento lograron perder peso, lo que sugiere que la actividad física puede contrarrestar los efectos genéticos de la obesidad.
Este avance en la comprensión de la genética y el metabolismo podría allanar el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos para la obesidad relacionada con la edad.
Con información de Infobae
*ARD