Los adolescentes además de enfrentar diversos problemas emocionales también no pueden dormir a la hora de que debieran, se la pasan en vela hasta altas horas de la madrugada sin saber que esto les puede ocasionar severos problemas a la larga.
Además, hay más riesgos de tener un trastorno del sueño, sumado con el estilo de vida que los adolescentes en promedio tienen, se vuelve un problema que los limita en su día a día, explicó Selenne Verde Tinoco, especialista en salud laboral y medicina del sueño en la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
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Es la pregunta que muchos padres y tutores tendrán en mente, un adolescente debe de dormir entre ocho y diez horas, de lo contrario, se sentirá con poca energía y tendrá problemas para hacer sus tareas básicas.
Entre las cosas que más causan la falta de sueño, se encuentra el consumir refrescos, tabaco o alcohol. Hacer ejercicio cuando falten tres horas o menos para irse a dormir también es algo que despierta más al cerebro y dificulta poder dormir.
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Loa adolescentes suelen pensar que despertarse tarde después de haberse desvelado es una buena opción, lo que no saben es que esto también es un trastorno del sueño de nombre fase retirada. El sueño es un proceso mental que cuenta con un reloj automático, cuando el adolescente no duerme temprano, no se cumplen todos los procesos que tiene un sueño reparador, aunque se hayan dormido las ocho o diez horas necesarias.
*MG