El miércoles 4 de mayo, Mario Oliver recogió a sus dos hijas de la escuela, pero cuando iba circulando por la avenida Circunvalación Poniente, en Naucalpan, Estado de México, vio un inusual retén que en el que parecían estar buscando a alguien. Jamás pensó que era a él, que iban a revisar su automóvil y le iban a “plantar” un arma de uso exclusivo del Ejército.
El retén fue instalado frente a la Escuela Greengates, ubicada en Avenida Circunvalación Poniente 102, Balcones de San Mateo, en Naucalpan, con muchos elementos policiacos vestidos de civil que traían armas largas, señaló en entrevista con Proceso.
“Era un retén ilegal. Había una patrulla que no traía placas. Había una patrulla de esas pick up municipal, pero hasta donde yo sé, todos los retenes y todos los operativos deben de estar documentados. Entonces, si no está documentado es ilegal, es clandestino. Yo de esas cosas no sabía. Iba en mi coche y me detienen”, explicó.
Le dijeron que eran policías de investigación de robo de vehículos, pero jamás le presentaron ninguna identificación. Le dijeron que iban a revisar su automóvil, le pidieron que se bajara, les entregara la tarjeta de circulación y abriera el cofre para cotejar la numeración.
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“Me bajo, les piden a mis hijas que también se bajen y cuando se bajan y estamos ahí, que quiénes somos, que cómo nos llamamos, piden mi licencia y todas esas cosas, uno dice que encuentra un arma. Yo no conozco de armas. Solo vi que levantó el arma así y dice: ‘¿y esto? Y mi reacción fue: ‘no, no, no, no, eso no es mío, a mí no me estén inculpando por cosas que no’ y terminando de decir eso ya me tenían agarrado y ya me querían trepar a un coche que ni siquiera era una patrulla, era un coche particular”, denunció.
Contó que lo golpearon para subirlo, sus hijas fueron jaloneadas mientras gritan y las agreden entre aproximadamente 10 personas. Cuando lo sometieron, lo esposaron y lo golpearon con una botella de pet llena de agua para no dejarle marcas, y luego lo comienzan a ahorcar hasta que casi se desvanece, pero se dieron cuenta y lo soltaron.
“No sabían ni dónde llevarme. Se comunicaban y se decían que ya me traían arriba, lo cual quiere decir que era dirigido. Decían ya traemos al… no sé, una clave, al 25, al 33, al no sé qué, eso no lo alcancé a entender, pero sí que se estaban comunicando con otra persona y que el paquete ya iba en camino. No sabían a dónde llevarme. No sabían dónde estaba la Fiscalía a la que me tenían que llevar. Después de un rato, finalmente”, agregó.
Señaló que el vehículo donde encontraron el arma fue en el que trasladaron también a sus hijas a la subdelegación de la Fiscalía General de la República (FGR) en Naucalpan, y que el automóvil sigue incautado.
“Cuando me entregan al Ministerio Público siento que las cosas cambiaron. Dejaron las agresiones, porque todo el tiempo me venían agrediendo. Uno de los licenciados salió y le dijo al policía que ahí ya no me podía seguir atacando", indicó.
Lo llevaron al separo. Se comunicó con el abogado y le tomaron la declaración, tanto a sus dos hijas y dos personas que declararon, y finalmente no pudieron demostrar la posesión del arma y pudo salir a las 48 horas que dicta la ley.
Consideró que esta es una situación que te deja en absoluta vulnerabilidad e indefensión y que, además de ser un abuso de autoridad, es un delito porque le “plantaron” un arma y le quisieron fincar un delito que no cometió, que es la portación de un arma de uso exclusivo del Ejército.
Un "operativo" dirigido
Por eso quiere hacer un llamado a las autoridades mexiquenses y federales para que tomen cartas en el asunto porque “es aterrador que te quieran fincar un delito que no cometiste y termines purgando una pena que no es tuya".
Porque después de detenerlo, cuando lo van a llevar a la Fiscalía, se dio cuenta que desmontaron el operativo.
“Ya no había nadie. La situación estaba completamente montada para mí. Porque si es un operativo, pues ahí se quedan para seguir revisando a ver si caen más ¿no? De hecho, mis hijas y yo nos dimos cuenta de que a los demás automóviles no los paraban, al que pararon fue a mí”, señaló.
Una prueba que presentaron fueron unos videos en donde se ve claramente cómo le plantaron el arma en el automóvil.
“Lo que quiero es hacer una denuncia pública para que las autoridades correspondientes den una explicación del por qué pueden hacer estas cosas. Cómo hay tal impunidad en el estado, en la policía que pueden hacer una cosa tan dirigida, clandestinamente, en lugar de estar cuidando se dedican a encargos personales. Estoy seguro de que fue un encargo personal”, apuntó y contó que la fiscalía general de justicia del estado les puso a elementos de seguridad para que cuiden su casa.
Con información de Proceso
*BC